jueves, 29 de noviembre de 2012

compuestos organicos persistentes

Compuestos orgánicos persistentes

Los compuestos orgánicos persistentes (COP), conocidos internacionalmente por sus siglas en inglés, POPs (Persistent Organic Pollutants), son un conjunto de compuestos orgánicos que, fabricados artificialmente por el hombre aunque existes naturales, los cuales son muy tóxicos, que tiene un tiempo de persistencia en el ambiente muy largo debido a sus características fisicoquímicas. Al ser un compuesto artificial, las bacterias, los procesos fotoquímicos, químicos y demás organismos no pueden descomponerlo y degradarlos fácilmente. Muchos tienen efectos acumulativos, ya que se almacenan en los tejidos grasos fijándose en la cadena alimenticia y pueden tener efecto hormonales.

Hacen parte de los compuestos orgánicos persistentes, los compuestos químicos tóxicos, que se clasifican en pesticidas, insecticidas organoclorados, herbicidas, PCB. Los compuestos químicos tóxicos son sustancias que, generalmente, no ocurren en la naturaleza, sino que han sido sintetizadas por químicos a partir de sustancias más simples.Entre los químicos tóxicos más destacados se pueden resaltar; los pesticidas tipos de Compuestos orgánicos.
El carbono forma muchos compuestos con cloro, algunos de los cuales se encuentran en la naturaleza, aunque usualmente en muy pequeñas cantidades. En vista de su toxicidad para algunas plantas e insectos, muchos de estos compuestos organoclorados, que se producen sintéticamente por la acción del cloro elemental sobre los hidrocarburos derivados del petróleo, han encontrado un amplio uso como pesticidas. Otros compuestos organoclorados se han aplicado en plástico y en la industria electrónica. El enlace carbono-cloro es difícil de romper, de manera que la presencia de cloro disminuye, también, la reactividad de otros enlaces en las moléculas orgánicas. Esta falta de reactividad es un inconveniente para muchas aplicaciones. Sin embargo, esta misma propiedad significa que una ves los compuesto organoclorados han entrado en el medio ambiente, se degradan lentamente y, por tanto, tienden a acumularse.


Debido a sus características fisicoquímicas, los COP se han identificado en todos los compartimientos ambientales (agua, lluvia, nieve, aire, sedimento y suelos), en todas las zonas del mundo incluyendo aquellas que son muy remotas del sitio de su liberación ambiental. Al igual que se han encontrado en todo tipo de especies desde plantón hasta animales polares; estos se bioacumulan en numerosas especies y se biomagnifican a través de todas las redes tróficas del planeta. Los seres humanos no estas exentos de esto ya que se han encontrado en tejidos de personas que habitan en lugares donde no hay ni a habido fuentes de estas sustancia. La preocupación mundial sobre este contaminante se debe a sus persistencia y su movilidad ambiental, sus concentraciones en medio ambiente que no disminuirán a corto plazo, aunque cesen las actividades y el uso de estos.
 

Antecedentes históricos

Ha habido varios casos de intoxicación agudo por el mal manejo de los COP, así como con la contaminación accidental de alimentos y con accidentes industriales. Uno de los primeros fue la intoxicación crónica que ocurrió en Turquía en 1960-63, a causa de la contaminación de alimentos con hexaclorobenceno. Este accidente causo la muerte de un 90% de los afectores y alta tasa de cirrosis hepática, profiria y trastornos urinarios, artríticos y neurológicos.
En cuanto al efecto crónico de los COP sobre la fauna, la primera voz de alerta la dió, en 1962, Rachel Carson en su libro "La primavera silenciosa", en la que describió por primera vez que la disminución en la poblaciones de aves, la cual atribuyo al uso indiscriminado de plaguicidas sintéticos. Posteriormente numerosos estudios demostraron que los plaguicidas organoclorados, en particular el DDT, se biomagnifica a lo largo de las cadenas tróficas y causa daños graves en los organismos situados en los niveles superiores de ellas, como las aves de presas y los mamíferos marinos, aunque las concentraciones ambientales de estos compuestos en el ambiente fueran muy bajas. Originalmente se pensó que bastaba con dejar de utilizar estos plaguicidas en cada país en particular para resolver el problema; sin embargo el tiempo ha demostrado que esto no es suficiente y que se requiere medidas de carácter global.

Propiedad de las COPs

Los compuestos orgánicos persistentes se caracterizan por:

Altamente tóxicos para los seres humanos y el medio ambiente

Persistentes

Son muy estables, a los distintos tipos de degradaciones posibles, lo que supone una larga vida de los mismos en el medio.

Bioacumulable

Se acumulan en los tejidos grasos de los organismos vivos y se incorporan en las cadenas alimentarias, provocando sus peores consecuencias en las especies superiores de la cadena trófica, como los seres humanos.

Desplazarse largas distancias a través del aire y el agua

Debido a una de sus propiedades (su baja presión de vapor), se pueden mover a grandes distancias de la fuente de emisión y distribuirse ampliamente por el planeta a través del aire, el agua, o mediante especies migratorias, depositándose especialmente en las regiones más frías de la Tierra.
El transporte de COPs depende de la temperatura; en un proceso conocido como “efecto saltamontes”; estos productos químicos “saltan” alrededor del planeta, se evaporan en los lugares cálidos, se dejan llevar por el viento y las partículas de polvo, se asientan en la tierra en lugares templados, y luego se evaporan y siguen desplazándose. A medida que estas sustancias se alejan del Ecuador encuentran climas más templados con menos evaporación. El resultado es un desplazamiento general de los contaminantes hacia los polos y las zonas montañosas.
Estas características los hacen muy peligrosos y su aleatoriedad aparente se agrava por el hecho de que el daño a menudo tarda en aparecer o es indirecta. Muchos tienen una toxicidad crónica, lo que significa que aunque la exposición a corto plazo frecuentemente no sea peligrosa, a largo plazo si lo es.
 

El Convenio de Estocolmo sobre COP

En mayo de 2001, en Estocolmo, Suecia, 127 países adoptaron un tratado de las Naciones Unidas para prohibir o minimizar el uso de doce de las sustancias tóxicas más utilizadas en el mundo, consideradas como causantes de cáncer y defectos congénitos en personas y animales. Las sustancias objeto de este convenio incluyen ocho plaguicidas, entre ellos el DDT, dos productos industriales (bifenilos policlorados y hexaclorobenceno) y dos subproductos de diversos procesos de combustión (dioxinas y los furanos).
El objetivo del Convenio de Estocolmo es la eliminación o restricción en la producción y uso de los contaminantes orgánicos persistentes que se fabrican intencionalmente. Además, se busca minimizar la generación de los contaminantes producidos de manera no intencional, como las dioxinas y los furanos. El Convenio sobre los COP es un acuerdo importante, que viene a complementar otros pactos de acción mundiales o regionales relacionados con el manejo de productos químicos, tales como el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación y el Convenio de Róterdam sobre el procedimiento de consentimiento fundamentado previo (PCFP) para ciertos productos químicos peligrosos y plaguicidas en el comercio internacional.
La Convención de Estocolmo fue firmada por el gobierno de México el 22 de mayo del 2001 y el senado la aprobó en octubre del 2002, y se ratificó en febrero del 2003. Los objetivos principales de esta Convención establecen una serie de compromisos y oportunidades para los países signatarios, entre las que se incluyen: designar un punto focal nacional; brindar asistencia técnica a otros países que lo requieran; promover la participación pública y la difusión de información y llevar a cabo actividades de investigación, desarrollo y monitoreo. (Stockholm Convention, 2001)
Entre las principales actividades comprometidas por México dentro de la Convención de Estocolmo se tienen:
  • Medidas para reducir o eliminar las liberaciones derivadas de la producción y utilización intencionales:
  1. Prohibición y/o adopción de las medidas jurídicas y administrativas necesarias para eliminar su producción y utilización, así como sus importaciones y exportaciones.
  2. Restricción en su producción y utilización
  • Vigilar que un producto químico COP se importe únicamente para fines de su eliminación ambientalmente racional o para una finalidad o utilización permitida
  • Vigilar que un producto químico COP, que cuenta con una exención o autorización para su producción o utilización en una finalidad aceptable, tenga en cuenta las disposiciones de los instrumentos internacionales de consentimiento fundamentado previo existentes
  • Adoptar medidas para reglamentar nuevos plaguicidas o nuevos productos químicos industriales, para prevenir la generación de COP.
  • Implementar medidas para reducir o eliminar las liberaciones derivadas de existencias y desecho, para garantizar que se proteja la salud humana y el medio ambiente mediante:
  1. Elaboración de estrategias apropiadas para determinar existencias, los productos y artículos en uso, así como los desechos generados
  2. Definición de medidas de vigilancia para que se gestionen, recojan, transporten y almacenen de manera ambientalmente racional, los residuos con características de COP.
  3. Determinar estrategias adecuadas para identificar los sitios contaminados con productos químicos COP y, en caso de realizar el saneamiento de esos sitios, deberá efectuarse de manera ambientalmente racional, es decir reducir los niveles de estas sustancias de manera que no tengan efectos negativos a la salud o al ambiente.
  • Cooperar estrechamente con los órganos pertinentes del Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación
Proponer la inclusión de productos químicos COP para su adhesión a la Convención de Estocolmo, mediante información científica que especifique la identidad de la sustancia, su persistencia, capacidad de bioacumularse, potencial de transporte a grandes distancias, y sus posibles efectos adversos.